Qué bello es vivir.
Maravillosa.
Pues yo aquí acabaría el articulito. ¿Qué más puedo decir de esta película?, una pequeña obra de arte que ha marcado las navidades de estas últimas generaciones. Sin duda la mia. Y sobre la que todo lo bueno que se pueda decir es poco. Y por supuesto una película para ver en familia y rebosante de grandes humanos.
Si hubiera que seleccionar una película para ven familia yo desde luego la votaba en primer lugar.
Es una película clásica, de 1946, dirigida por Frank Capra, un gran director que aportó mucho para humanizar el cine. Las películas suyas que conozco, son un canto ameno y estupendo a la humanidad. De Capra dejamos en esta web también una artículo suyo específico, con recomendación de algunas películas, como Un gánster para un milagro, de la que ya dejamos un post en la web, entre muchas grandes y amenas películas.
Es sin duda el clásico navideño por excelencia, la película que todos hemos visto en Navidad y que de hecho está ambientada en una Nochebuena nevada, una película con una gran carga sentimental, una película que a todos nos remueve profundamente el corazón, y nos recuerda la grandeza de la familia, el grandísimo don que es la familia y la amistad, y la profundidad de los grandes valores humanos.
Interpretada por un gran James Stewart, trata de un buen hombre al que una serie de infortunios acaban llevándole a decidir acabar con su vida. Sin embargo, cuando está a punto de hacerlo, ocurre algo extraordinario.
No voy a contar el resto de la historia, porque es una película que hay que ver, y no es justo ir destripando historias. Pero sí os adelanto que es una comedia amena, con un tono alegre que sólo cesa en algún momento, para mantener el ritmo justo de la película, para ofrecer la otra cara de la vida. Es una película que rezuma todos los valores que propugnamos en esta web: la alegría, la esperanza, el matrimonio, la familia, la fraternidad, la religión, el compromiso, el sacrificio por los demás, el amor, en definitiva la vida con mayúsculas.
Si bien James Stewart tiene esos valores, no menos maravillosa es su mujer, Mary, (la actriz Donna Reed), quien muestra los mejores dones del matrimonio, en un compendio de alegría, entrega y amor conyugal. Efectivamente, la película desprende un valor profundo del matrimonio, unido ante la adversidad, y de la familia como comunidad de entrega y amor.
Dentro del tono general de comedia, paradójicamente la película tiene incluso un ligero destello para los amantes de terror, que sucede en una breve escena de la película, en la que vemos elementos propios de una película de terror como un ambiente oscuro, un ritmo que se dispara, la mirada enloquecida de Stewart y sus acciones como agresivas, descontroladas, todo ello nos lleva a su antigua casa convertida en una auténtica pesadilla gótica en ruinas, arrastrando con ello sus recuerdos, en un sugerente blanco y negro. Un guiño estupendo para todos los públicos.
El argumento está basado en el cuento de The Greatest Gift (El mayor regalo), del escritor Philip Van Doren Stern, y fue nada menos que Cary Grant quien adquirió sus derechos para llevarlo al cine, si bien después se los revendió a Capra.
La música es de otro grande de la época, Dimitri Tiomkin, basta decir que en su carrera estuvo hasta en 22 ocasiones nominado para el Oscar.
En definitiva, una película excepcional, una joya del cine clásico, y una película para ver y comentar en familia. Para transmitir a los jóvenes los grandes valores que hoy en día parecen tan olvidados. Y para que nosotros nos recreemos sabiendo que vivir en esos valores es la mejor garantía para tener una vida plena y profunda.
Como digo, es una película para ver en familia, que mis hijos ya desde aproximadamente los nueve o diez años han seguido bien. Así que a disfrutar del cine con mayúsculas, en Familia, con más mayúsculas todavía.








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