Libros Con Valores

1.- ¿Qué es la novela negra o criminal?. Y sus principales tendencias.

¿Qué es la novela negra?. Una respuesta difícil de concretar.

¿Por qué nos molestamos en hacer tan amplia introducción a la lectura de una serie de novelas por lo general bastante fáciles de leer?.

Y es que efectivamente la novela criminal parece de lectura más sencilla que otros estilos, generalmente más reconocidos literariamente, y a los que no hemos dado tanto bombo en esta web pese a estar más en la línea con la finalidad de la página.

Pues la finalidad es precisamente intentar entroncar este género apasionante con la búsqueda de libros con valores. Porque si hay un género que apasione a la gente es este, y si hay uno donde tiene difícil encaje nuestra vocación sobre los valores que promovemos aquí, es igualmente éste, el género criminal.

La novela negra o criminal es un género amplísimo, pero se pueden encontrar obras de mucho más calado y que vayan más allá de la mera resolución de un crimen. Aunque, ojo, el mero disfrute con dicha resolución detectivesca literaria ya de por sí justifica la promoción de un libro.

Por otra parte entendemos que se ama más aquello que más se conoce. Y por ello os animamos a leer la introducción, y una muy breve reseña histórica y de las principales corrientes, a fin de entender mejor después lo que uno está leyendo, y ampliar el disfrute literario.

Por último, podríamos decir que el lector actual se ha vuelto más exigente en sus lecturas, ya no existe ese lector, como a principios de siglo pasado cuando tuvo el gran auge la novela criminal, al que podríamos llamar un lector pasivo, que leía novelas como mero pasatiempo. Hoy en día ese lector se ha pasado ya a devorar únicamente televisión, series y redes sociales, y los lectores que quedan, entre los que abundan los buenos lectores, exigen por lo general a la literatura, algo más que un mero pasatiempo.

Novela criminal, novela de género

La de páginas que se han dedicado a delimitar y pretender acotar la novela negra, una misión a mi juicio imposible. Su amplia mirada, temática, estilo, finalidad, la gran variedad de autores a lo largo de todo el mundo y desde hace ya casi doscientos años, hacen imposible una descripción concreta que acote y a la vez integre todo lo que esperamos del género.

Todos tenemos en mente la novela policiaca, detectivesca, negra, criminal, pero fíjense que detrás de cada nombre hay una realidad literaria bastante dispar.

En todo caso, quizá lo primero sería, desde luego acertar con el nombre, cosa ya de por sí imposible, lo segundo pretender conceptuarla, misión más difícil todavía. Y es que el género es tan amplio, que toda descripción o nombre corre el riesgo de excluir algún rasgo, concepto o sujetos determinantes.

El título que generalmente se ha venido aceptando desde hace años es el de novela negra. Pero no es pacífico.

El nombre de negra nació en Francia, por una serie de novelas que editó Gallimard, con cubierta en dicho color, denominada la Série Noir, pero era un nombre que en realidad ya recogía el carácter negro de la materia, de la oscuridad de los ambientes, motivaciones y los bajos fondos americanos, lejos de los crímenes en las pulcras casas de campo inglesas, y haciendo un homenaje a la revista Black Mask donde comenzaron a publicar a partir de 1920 los escritores americanos del Hard Boiled, subgénero determinante que luego explicaremos.

Sin embargo, siendo un término que aparece sobre todo en los años cuarenta, dejaría fuera precisamente uno de los grandes momentos y estilos, la novela detectivesca sobre todo inglesa y francesa del primer tercio de siglo. Además, hay que reconocer que a las novelas ambientadas en la exquisita sociedad victoriana inglesa no le encaja de ningún modo el apellido de negro. Poco tienen que ver la señorita Miss Marple, Sherlock Holmes, el caballero Poirot o el entrañable Padre Brown con el concepto de negro, y sin embargo nadie puede negar que son los más dignos representantes de la edad dorada de la novela de misterio.

En España creo que fue el crítico Salvador Vázquez de Parga, quien de algún modo delimitó y determinó conceptos en torno a la idea de relato  o novela criminal, término que parece que en España ha tenido un cierto consenso, dejando el término novela negra para su concreto estilo americano como luego veremos.

Sin embargo en los últimos años, de nuevo parece reabrirse el melón, y se han creado incluso festivales de cine y literatura que acuñan el término negro, como la semana negra en Valencia, Barcelona o Gijón.

A mi he de reconocer que me gusta más y me sale de forma más natural lo de negra, quizá también por mi gusto por el cine negro, que hizo propio y famoso el término en los años cuarenta. Es verdad que también resulta un poquito más snob, (si dices noir ya ni te cuento lo que mola), pero a mi juicio es injusto usarlo por la exclusión que supone y porque resulta muy forzado, como luego veremos, es un término que sirvió para delimitar un estilo muy concreto, que ni fue el de sus inicios, ni el de sus mejores años, ni se ha aplicado nunca a los autores europeos que lo impulsaron, ni abarca la gran amplitud del género. En éste sentido, uno de los mejores conocedores del género en España, Javier Coma, también opina que el negro es un subgénero (dicho con todos los respetos) de la novela criminal.

Así pues obedientes a nuestros críticos españoles, y con el fin de no crear más polémica de la que ya creamos con esta web con otros temas, daríamos por bueno lo de criminal.

Un género con una constante ampliación de miradas.

En capítulos siguientes iremos viendo cómo el estilo ha ido variando ampliamente, tanto por etapas como por países. Es absolutamente genial cómo podemos disfrutar igualmente del insospechado crimen en una tranquila campiña inglesa o en un sórdido taller abandonado de un extrarradio industrializado, en la habitación del Hotel Carlton observando la Costa Azul o en la oscura trastienda de un restaurante italiano de Chicago.

No tenemos límite espacial, pero tampoco lo tenemos personal. Los asesinos que podemos encontrar son de lo más variado e insospechado, y sus perseguidores o descubridores, igualmente abarcan un amplio espectro, si bien en las últimas décadas parecen haber quedado reducidos únicamente al ámbito policial.

Cada época trajo un estilo, como luego veremos. Si bien en los años dorados europeos hasta la segunda guerra mundial aproximadamente la novela basaba la importancia de descubrir un crimen desde la pura utilización de la mente, o en su caso la ayuda de métodos o usos científicos, en los años treinta comenzó a arrancar un estilo radicalmente opuesto al otro lado del océano, el llamado hard boiled americano, un estilo directo, con personajes que bailaban entre lo legal e ilegal, desde luego con una moral muy propia y ajena a las convenciones morales y sociales que se mantenían en Inglaterra. Ya no importaba tanto restaurar el orden o la justicia, o reponer la paz arruinada por la irrupción de un asesinato, sino que todo en aquellas novelas americanas formaba parte de un caos e inestabilidad, y un caos donde la resolución de un crimen ya no iba a reponer una tragedia, ni un orden concreto, ni a devolver la idealizada confianza en un sistema legal, sino que la sociedad donde ambientaban las obras convivía con el crimen y la corrupción como elementos propios de un entorno hostil.

Allí se desarrollaron dos líneas que se han convertido en clásicas y determinantes para la confección de la novela negra, la de las historias de gánsters y la de los detectives. Sin duda el auge del cine negro de los años cuarenta y cincuenta ayudó a la difusión de un estilo absolutamente reconocible. Los libros de Chandler o Hammet son estupendos, y tuvieron una resonancia importante, pero no sabemos si hubiera sido lo mismo sin la difusión de esas grandes obras llevadas al cine precisamente en la edad dorada de Hollywood. Muchos habrán que no hayan leído a estos grandes autores, pero serán muy pocos los que no hayan visto alguna película policiaca de Humphrey Bogart, Edward G. Robinson, Lauren Bacall, Richard Widmark o Kirk Douglas.

Los detectives que aparecen en estas novelas actúan plenamente por su cuenta, por lo que tienen una mayor libertad para narrar y salirse de los esquemas literarios hasta entonces imperantes. Por otra parte, la libertad moral que se pretende y de actuación del detective hacen unas novelas más abiertas e impredecibles.

La segunda gran línea americana es la de las novelas de bandas o gánsters, generalmente recogiendo historias de la mafia italoamericana, al menos en los grandes novelas americanas de los años veinte y treinta. En Europa, a excepción de Italia, y algunos libros de Craig Russell o Ian Rankin, apenas encontramos novelas de referencia basadas en bandas y gánsters durante el siglo XX, si bien en las últimas décadas han proliferado de nuevo, como reflejo de lo que está ocurriendo en la sociedad europea donde vuelven a formar parte muy importante del entramado criminal.

Este subgénero también ha dado una gran línea de obras basadas en robos o golpes bien planificados, si bien parecen haber tenido más éxito en el cine que en la novela.

Las dos grandes divisiones de la novela criminal

Así pues, podemos encontrar a mi juicio dos grandes divisiones en la novela criminal que ya quedaron establecidas hace casi cien años, la que podemos llamar novela de enigma, donde lo importante será descubrir el asesino, y la que sí podría ser llamada negra, donde puede centrarse más en un retrato de la sociedad, de los personajes, sus motivaciones, y que en ocasiones podemos incluso bordear los limites para entrar en la novela a secas.

El antecedente claro del primer estilo serían los relatos de Edgar Allan Poe, y de la segunda lo podríamos encontrar ya incluso en Un asunto tenebroso, de Balzac, donde sí, existe un crimen, pero lo que interesa a Balzac no es tanto su resolución sino ofrecernos una gran novela que recoja una determinada sociedad, unos conflictos, unos personajes concretos…

Simenon, la tercera vía.

Entre aquella aparente dicotomía entre ingleses y americanos, en Europa, el belga Simenon, un autor genial, sorprendente y prolífico, abrió una tercera vía que se ha quedado como el gran referente de la novela europea, una novela más social y humana. Dentro de su gran producción, destacó la creación de Maigret, un personaje humano, entrañable, que usa tanto su intelecto como sus músculos, en caso necesario, y creando un estilo nuevo que vendió millones de novelas, siendo el gran referente policial durante muchos años.

De esta línea nacen sin duda una serie de autores y estilos importantes. A Simenon debemos entre otras cosas la novela nórdica, impulsada por los suecos Sjöwall y Wahlöö allá por los sesenta, y de la que deriva una gran tradición de escritores, posiblemente la que actualmente está mas en forma en Europa con autores como Larsson, Mankell, Lackberg, Holt o Nesbo.

La mayor parte de autores españoles o italianos, prolíficos autores de novela negra, deben mucho a Simenon, así lo han reconocido, entre otros, dos grandes de la novela policiaca mediterránea como Vázquez Montalbán o Camilleri.

Nuevos subgéneros, nuevas tendencias

Un género que va apareciendo cada vez más, el del Psicokiller, donde el punto de mira se pone en el asesino, generalmente un asesino en serie, o los crímenes macabros, las que aparecieron en los ochenta americanas con bastante éxito, hasta ahora, incluso con autores de reconocido prestigio literario como Lemaitre.

No hay líneas divisorias claras, y en los killers igualmente los policías tienen un papel importante, cuando no se cuenta la historia desde ellos mismos, como las del ya indicado Pierre Lemaitre y su saga, poniendo el acento en el policía, o al contrario, aquellas, en las que la historia se cuenta desde el otro lado, o teniendo una especial atención al asesino, su personalidad, sus impulsos, más que a los que se supone están a este lado de la justicia, o al menos de lo socialmente conveniente.

No obstante, novelas en las que aparecen este tipo de personajes actualmente están proliferando y con gran éxito literario y comercial, en España mismo hemos tenido grandes ejemplos como las buenas trilogías de Dolores Redondo ambientada en el Baztán y Eva Garcia Sáenz con su trilogía ambientada en Vitoria, o los últimos superventas Juan Gómez Jurado o Carmen Mola.

Esto, como veis, es todo un mundo, ciertamente, a lo largo de los artículos que hay y los que iremos añadiendo haremos referencia a libros, revistas, webs, estilos a los que no hemos hecho aún referencia, como el polar, asociaciones culturales y literarias ambientadas en esta materia criminal. Una materia prima literaria de la que deben ustedes saber cuidarse porque resulta sumamente adictiva.

Una riqueza incomparable

Efectivamente, la riqueza y variedad de subgéneros y variantes es incomparable con otros géneros y estilos.

Hay muchas otras líneas de estilo, o subgénero, o como quieran llamarlo. La novela de espías tuvo un auge desde los años veinte hasta los noventa aproximadamente, años en los que hubieron grandes novelas de Graham Greene, Eric Ambler, Forsyth o Le Carre. Precisamente de éste último es una gran novela llamada El topo, que presenta además del misterio la propia solución para los lectores, dejando la clave para que sea el propio lector quien la resuelva con la información desgranada a lo largo de la novela. Este estupendo planteamiento, junto con el conocimiento del autor de unas actuaciones y un mundo oculto por completo a la sociedad, hacen un libro más que interesante.

Las obras de Graham Greene tienen a su vez profundas cuestiones, o interesantes personajes, sumando a la amenidad propia del género una gran profundidad humana, política y en ocasiones incluso trascendental.

Y con mucha menos ambición literaria, a mi parecer, pero con gran disfrute de muchos lectores, otros autores han recreado historias con espías o policías donde ha primado sobre todo la acción, la violencia y la intensidad de las situaciones, prototipo de ello son por ejemplo las novelas de Ian Fleming sobre James Bond que han tenido un éxito arrollador en el cine.

En resumen, a mi juicio, viendo la amplitud de estilos y subgéneros, yo diría que la auténtica novela negra no es una mera descripción de un género, sino de una mirada sobre unos hechos narrados.

En los otros post abordamos las novelas por épocas y países, la idea de este primer articulito era simplemente hacer una breve y sencilla introducción a este mundo maravillo que es la novela policiaca, o criminal, o negra… o como ustedes quieran llamarla.

 

 

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