Para mi, Juan Manuel de Prada es uno de los autores que mejor combina la profundidad de pensamiento, la calidad literaria y la tensión de las historias que cuenta, a fin de que sean libros que enganchan, de fácil lectura, evidencia de ello es que es uno de los autores más vendidos, pero a la vez el autor exigente se vea también premiado. Y como decimos, es difícil combinar esa lectura fácil con un verdadero y cuidado estilo, con una gran calidad narrativa y sobre todo intelectual.

De Prada es persona ciertamente inteligente, y eso se nota, por ejemplo, en la profundidad de muchos diálogos, que resultan únicamente útiles para seguir la historia, y que por tanto en muchas novelas serían meras conversaciones sin peso ni riqueza, más allá de mantener el hilo de la trama.

Esta novela transcurre en el reinado de Felipe II, y narra la relación compleja entre dos mujeres, Ana de Mendoza, (la famosa princesa de Éboli), y Santa Teresa de Jesús. Si bien evidentemente se tratan numerosos temas, en un contexto histórico bien cuidado, la novela gira en torno a este enfrentamiento, entre dos grandes figuras del momento, adentrándose en la vida y el alma de estas dos mujeres singulares e irreductibles y nos ofrece una visión sorprendente y original de una época en la que las expresiones más variadas de la fe religiosa libraban cortejo y combate con el poder político.

Dos modelos de vida, tan enmarcados en el siglo XVI como tan actuales. La Princesa en busca del triunfo mundano, tratando de alcanzar la supremacía entre los grandes de España. Sata Teresa, en busca de la unión plena con Dios, plantando cara al fariseísmo religioso y burlando las asechanzas del poder político.

Deseosas ambas de hacer realidad sus anhelos interiores, acabarán enfrentándose cuando Ana de Mendoza requiera a Teresa de Jesús para que funde bajo su patrocinio un convento en Pastrana. A regañadientes, Teresa accederá a los deseos de la princesa, pero no tardarán en saltar chispas… como era de esperar viendo la fuerza de ambas mujeres y sus posturas tan dispares ante la vida.

La novela además se acerca, profundizando sencillamente en la espiritualidad teresiana, haciendo continuos guiños a la novela picaresca, e incluso al peculiar humor cervantino que, recordemos, todos fueron contemporáneos en una época histórica, que es una pena y una vergüenza que hayamos silenciado en los estudios, y de la que vivamos tan distantes. Una época sobre la que su historia, su literatura y su mística debían escribirse con mayúsculas.

Esta es sin duda una novela histórica recomendada no sólo por el disfrute de la lectura de novela histórica, sino por su valor en esta web como libros con valores, una lectura actual de una época mítica.